Los diferentes tratados de libre comercio que Colombia tiene con otros países han favorecido el negocio de las importaciones.
Y tres de los productos que más importa Colombia son precisamente la leche, el maíz y el acero, pese a que todos tienen producción local.
La reducción de aranceles para que estos productos entren al país han significado buenas oportunidades de negocio para las industrias relacionadas y, por ende, un fuerte impacto en la economía.
Pero la importación de estos productos por toneladas no siempre significa sinónimo de progreso y es lo que han venido denunciando diferentes actores dolientes de esas industrias.
Competencia desigual para los productores y hasta insumos de mala calidad son algunos de los problemas que surgen con la importación; la cara poco amable del tema.
Acero, ¿mala calidad a bajos costos?
En esta industria no es un secreto que China es de los mayores productores para el mundo y por el incremento en su oferta ha hecho que Colombia se inunde de su galvalume (aluminio, acero y láminas de zinc).
Los productores locales no están tan cómodos con ese panorama y no lo ven como algo justo, por eso desde inicios de 2020 vienen pidiendo garantías y denunciando irregularidades.
Carlos Arturo Zuluaga, presidente de Acesco, empresa que lleva más de 50 años en el mercado colombiano produciendo acero, hizo un fuerte llamado al Gobierno Nacional en febrero de 2020.
Zuluaga indicó que hay vacíos legales que han permitido que China, por ejemplo, llene al país de acero de mala calidad y a precios más bajos de los competitivos.
Ante esa presión, el Ministerio de Comercio ya había realizado una salvaguardia que ordenaba un arancel de 8,5% a toda producción de acero que se importara desde países con los que no se tuviera TLC.
Pero el efecto de la pandemia impactó directamente esta industria, pues según la revista Dinero, al mundo le estarían sobrando 600 millones de toneladas en acero por los meses en los que no se comercializó.
Solo China tendría 300 millones de toneladas en acero y quiere comercializarlas con precios más bajos que los habituales, gracias al apoyo normativo del gigante asiático.
Y los productores locales, que se rigen por los precios internacionales para poder ser competitivos, no podrán bajar tanto su oferta.
Incluso María Juliana Ospina, quien dirige la Cámara del Acero en la Andi, advirtió que los productores locales no pueden bajarse a esos precios.
Y pidió al Gobierno Nacional una mesa de trabajo para acordar medidas que los ayuden a mitigar la desventaja.
A eso se le suma que la industria del acero trabaja directamente ligada a la de la construcción, que pese a los esfuerzos y prioridad, han logrado recuperarse sólo en un 50% de la demanda tras la cuarentena en Colombia.
¿Inundados con maíz de mala calidad?
Otro de esos productos que el país importa por toneladas es precisamente el maíz, el alimento que es protagonista en la canasta de los hogares colombianos.
Estados Unidos es el mayor productor en importar maíz a Colombia, puesto que el TLC con ese país favoreció las condiciones y desde el 2018 llegan aproximadamente 5 toneladas anualmente al territorio colombiano.
Según lo documentó Portafolio, la demanda local anual es de 6,5 millones de toneladas y podría llegar en los próximos años a 9 millones de toneladas.
Pero una queja se ha hecho recurrente en los últimos años respecto a las importaciones de maíz y repercute directamente con la calidad de la gramínea que ingresa a Colombia.
Y es que el país norteamericano puede ingresar maíz grado dos a Colombia, pero a cambio de eso habría estado llegando una gramínea de grado 4..
El de grado 4 es de baja calidad y se utiliza para hacer concentrado de cerdos y otros animales, como lo detalló El Tiempo.
Ante este panorama, Fenalce (organización colombiana) logró que la Oficina de Asuntos Agrícolas de la embajada de EE.UU. en el país se comprometiera con la búsqueda de soluciones tras las constantes quejas.
Sin embargo, el país también tiene como objetivo cada vez depender menos de las importaciones para el abastecimiento de maíz, teniendo en cuenta el potencial de cultivo que existe.
Luis Narro, del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo en Colombia, lo contó desde el año 2018 en el portal Agronegocios.
El investigador reveló que el país para ese entonces tenía un promedio de 500 mil hectáreas de siembra para maíz o máximo 800 mil, pese a tener potencial para una siembra de 18 millones.
Y así se ha estado fortaleciendo la campaña Maíz para Colombia de Fenalce y tiene como meta llegar al 2030 con una producción más significativa de la gramínea en el país.
Leche importada, ¿desmedidamente?
Con la leche el panorama nacional no se remonta directamente a la calidad, sino a la amplia cantidad que se importa y que impacta la demanda local.
Y es que los gremios lecheros estiman que el año pasado, en el 2020, las importaciones de lácteos superaron las 70 mil toneladas.
De nueva cuenta, la gabela que otorga el TLC de Colombia con Estados Unidos y por ende aranceles bajos o incluso del 0% como en el caso de la leche en polvo, favorecen el negocio para los empresarios extranjeros.
Pero los campesinos y ganaderos colombianos son quienes más afectados se ven por este panorama y por ello el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, hizo un llamado al ministro de Agricultura.
Lafaurie envió una carta detallando que en el segundo semestre del 2020 los lecheros a nivel nacional tenían una alta producción que no estaba siendo aprovechada correctamente por la falta de demanda.
A eso se le suma que el gremio no empezó el año con buenas noticias, pues en los primeros días del 2021 Colombia ya había recibido el 73% de la cuota de leche en polvo sin aranceles provenientes de EE.UU.
Así las cosas, los gremios lecheros unen fuerzas para pedir que se frene la importación desde Estados Unidos, permitiendo que el mercado sea más competitivo para los locales.