Un ladrón se entró a robar a un local, pero tal parece que, se arrepintió, pagó la cuenta y hasta dejó propina.
El hecho se volvió viral de inmediato en las redes sociales, lo más curioso del caso es que no fue en el extranjero.
Resulta y acontece que, sucedió en Colombia, exactamente en un barrio llamado Villa Javier, en el sur de la capital de la república.
¿Qué fue lo que sucedió con el ladrón?
La insólita escena se llevó a cabo en un local de arepas y se viralizó porque el dueño del negocio lo expuso públicamente.
Lo más gracioso del caso es que el dueño de ‘Las Arepas del WhatsApp’ convenció al asaltante de no cometer el hurto.
Un joven de aproximadamente 24 años de edad, se preparó para hacer su delito, pero el poder de convencimiento de Lucho, doblegó su voluntad.
En una entrevista en exclusivo que tuvo El Tiempo con el propietario del local, se conocieron los detalles del hecho.
Adriano Gómez, inauguró su puesto de arepas al carbón el pasado jueves 18 de marzo, cuando se disponía a abrir el local, lo abordó un hombre.
Gómez describió que, se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia alucinógena, por lo que, se veía bastante alterado.
Con un arma de fuego que desenfundó de su pantalón, ordenó a los consumidores y al dueño que, le entregaran sus pertenencias.
Todos se encontraban bastante asustados por la escena, sin embargo, el propietario le indicó al atracador que lo único que había en el momento eran unas arepas en el asador.
De hecho, lo invitó a consumir sus productos acompañados con jugo de guanábana, que son el fuerte del restaurante.
También, aprovechó para decirle que a una de las personas que le estaba apuntando era una trabajadora nueva, madre de familia.
Luego de tanta insistencia y persuasión se apaciguó al asaltante, guardando el arma que llevaba.
Final inesperado:
Adriano recalcó que, le volvió a insistir para que comiera arepas y un ‘guanabanazo’, y les indicó a sus trabajadores que le prepararan el plato al sujeto.
Así que, el joven entró en confianza, cambió el semblante y disfrutó del manjar que le ofrecieron en el restaurante.
Lo más insólito del caso fue el desenlace, pues el ladrón, pagó la cuenta completa por un valor de 5.500 pesos y dejó una propina de 4500.